viernes, 23 de noviembre de 2012

Ideas sin fronteras. Por Manuel Corral Ruiz

Cuando el viento lleva lágrimas.

Cuando el viento se lleva lágrimas y me agacho a recoger mi anhelo para ti.

Y cuando la ternura y amor desaparecen las precipitaciones bailando el ritmo de avance.

Cuando decimos que eran culpas abandonando nuestros deseos tácito ni siquiera promesas.

Y sólo habíamos temblado en nuestros abrazos besando los ojos.

No hay más oportunidad de una polilla alrededor de tu luz de ser silencioso en tu sombra.

Y ha llegado a esto, ni la Luna me puede enseñarme el camino.

Para subir a la luz de las estrellas en que te encuentras, los granos de arena su poder.

Debajo de la Luna de oro, tendido respirando su reflejo en la noche.


Pienso en ti cada momento de despertar, de meno cada latido de mi corazón.

Y debo recoger sus reliquias en mis manos ceniciento a la noche, habrá tranquilo.

Y te extraño cada respiro solo, bajando tu montaña sin nivel.

Susurrando su nombre que no escucha, susurrando mi temor de estar tan cerca.

Otra polilla alrededor de tu luz, no, el daño de la quietud es la misma.

Quién puede decir que no hay ningún remordimiento por habernos conocido y atesorar los recuerdos vistos.

No hay ningún remordimiento, pero el águila de sable eleva los picos y se desliza en caídas de la luz solar.

No hay ningún remordimiento, pero el viento acuna mis lágrimas hacia la Luna cada gota olvidada.

Manuel Corral Ruiz
Colaborador del blog

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