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Es triste nacer y llorar cuando nos alejamos de nuestros padres, pero quizás mas triste sea llorar ante la falta de tus hijos. Toda una vida luchada por dar lo mejor de ti para que tus hijos vivan lo mejor posible. El sueño de dejar huella en la faz de la vida y sembrar un árbol fuerte y sano. Hijos que duelen en muchas ocasiones tanto que hacen de la vida un gran sufrimiento, porque el sentimiento del amor es tan fuerte… También debemos de reconocer lo reconfortante que son los hijos y las de alegrías que dan días tras otros, cosa que complementa y elimina todo problema que se haya planteado. Años de la vida que unos padres afrontan con todas sus ganas y que disfrutan muchísimo. Pero en la vejez empieza a declinarse y aún mas cuando las circunstancias de estos padres les han llevado a vivir en una residencia. No es en la totalidad de los casos, ni mucho menos, pero si hay ciertos “abuelos” que se ven en la mas extrema soledad cuando parten hacia una residencia. Es tal el sentimiento y el sufrimiento que la agonía de la muerte que muchos viven se incrementa de tal modo que seria indescriptible plasmarlo en letras aquí. Y es que la institucionalización de la persona es un acontecimiento que marca un antes y un después en sus vidas.
La gran mayoría de ellos dejaron sus casas tal y como partieron a la residencia y pueden llevar años sin verla. Toda una vida luchando por tener una casa y a la vejez que te saquen y no sepas nada de ella. Todavía recuerdo una frase que me llamo mucho la atención y va en sintonía con lo hablado y es que una mujer me comento “Cuando me vine deje toda mi casa recogidita y mi cama hecha…”, ya hacia casi cinco años que lo hice y habla de ella como algo muy presente, como si hubiera sido ayer cuando la dejo.
Otros de los temas muy interesantes que cabria mencionar en este ámbito es la relevancia del papel del animador sociocultural o educador social. Es de vital importancia la labor que desempeñan estos profesionales en su materia en este tipo de centros. Desgraciadamente la coyuntura económica no invita quizás a la contratación de estos profesionales dado que estos centros llevan a cabo una labor asistencial en la que priman los servicios sanitarios. Reitero que es de vital importancia el papel que desempeñan dado que es tal el tiempo que pasan allí estas personas literalmente “encerrada” y que debe ser ocupado de algún modo. Para ello el educador debe tener la habilidad de conseguir el compromiso de los residentes para que participen en sus actividades organizadas. Por tanto tienen que hacer de sus actividades un gran atractivo y una gran alternativa a lo que ellos estén haciendo en ese instante, por muy absurdo que parezca. Esperemos que la situación económica mejore y que se potencie aún más el papel a desempeñar por el educador social o animador sociocultural.
Enhorabuena hermano. Eres el que va a quedar jejeje. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias hermano. Nunca hay que dejar de soñar. Un beso, te quiero.
ResponderEliminarJuan Manuel, muy buena reflexión. Yo trabajo con gente mayor, en un residencia y estoy totalmente de acuerdo contigo. Un beso
ResponderEliminarExcelente y hermosa descripción sobre la tercera edad. ¡Qué grande eres, Juanma! Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias tanto María como Joaquín. Para mi es muy grato que os guste mi entrada en el blog.
ResponderEliminarEspero que esteis bien y seáis felices.
Ojala os guste mi blog y lo frecuentéis leyendo mis paranoias jeje.