Palabras, dibujos legibles, visibles y sonoros que dan sonido e imagen a una realidad. En ese baile y conjunción entre ellas podemos visibilizar y compartir nuestra interpretación de la vida. A través de ellas podemos compartir nuestras inquietudes o quietudes, aquello que nos conmueve o nos mueve, tanto y cuanto acontece y nos estremece. Palabras, como si de un arte se tratara, es mágica la forma en que los seres humanos podemos hacer uso de su poder para cambiar las cosas. Es un instrumento que nos permite construir nuestra percepción de la vida y darle voz, así como ser dibujadas en el papel. Es el poder que, a través de una lucha a lo largo de la historia, se nos ha sido otorgado para avanzar, llamémosle conocimiento. Permítame hacer mención al conocimiento como un conjunto de palabras que nacen fruto de nuestras necesidades del ayer, la situación del hoy la predicción del mañana. Es un compendio de palabras recolectadas por todos/as que enriquece y amplia nuestra visión del mundo. Por tanto la educación debe de ser una construcción conjunta del conocimiento, un compartir de palabras, un regalo para nuestros silencios.
Corral, J.M. (2015). El silencio de mis palabras.
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